En el autobus hacia la Universidad Católica, conversando con un chico
sentándose cerca de mí, me preguntó: ¿Por qué Jesús con tanto poder más que
todos no lo usa para salvar directamente la humanidad? Le respondí: Dios nos
está salvando por dejarnos colaborar con Él cada día y respetar la libertad y
voluntad de la humanidad y su creación. Tal vez Dios solo necesita ordenar una
palabra para salvar todo el mundo si nos creara como una cosa sin consciencia,
sin corazón, y sin movimiento. Porque nos creó en la imagen de Dios con tanto
respeto a nuestra libertad y voluntad, por eso la salvación de Dios no puede
faltar la colaboración de la humanidad. Cuando Dios controle el mundo solo por
su poder sin darse cuenta de la presencia de la humanidad, ¿qué es el propósito
de crear a los seres humanos en la tierra?
San Juan escribió el cuento que Jesús curó a un ciego de nacimiento en una manera que lo invitó a colaborar en obtenerle la vista para él mismo. Jesús “escupió en el suelo, hizo lodo con la saliva, se lo puso en los ojos al ciego y le dijo: ´Ve a lavarte en la piscina de Siloé´. Él fue, se lavó y volvió con vista.” ¿Por qué con tanta autoridad sobre toda la enfermedad Jesús no la usó para curar al ciego en un segundo? ¿Por qué Jesús hizo lodo, se lo puso en los ojos al ciego y le dijo que fuera a lavarse en la piscina de Siloé? Yo no sé todas las razones para explicar lógicamente estas preguntas. Sin embargo, estoy seguro que Jesús hizo algo y le pidió al ciego que hiciera algo en esta situación, un milagro de sanación colaborado entre Dios y la humanidad. El resultado era que el ciego pudo obtener la vista y se volvió un testigo en proclamar el Evangelio. Él mismo continuó a colaborar con Jesús en la salvación de Dios para todo el mundo. Por eso, Dios salva el mundo por crear a los seres humanos y acompañarlos durante su jornada de vida en la tierra.
“Un rico le dice a la Madre Teresa de Calcuta: ´Si
Dios es tan generoso y tan rico, ¿por qué no les ayuda directamente a los
pobres?´ y la Madre Teresa le responde: ´para ayudar a los pobres, Dios lo hizo
rico a Usted.´” En verdad, Dios ayuda a los pobres por hacer a los ricos
con un corazón generoso. El mundo será menos pobre cuando los ricos sepan a
compartir su amor con los pobres. El mundo será menos problemático y violento
cuando los líderes políticos sepan a vivir y compartir el mensaje de la
justicia y la paz con sus civiles. La iglesia será menos jerárquica cuando los
líderes religiosos sepan a vivir y compartir sus obras apóstoles a su pueblo
cada día. Nosotros somos instrumentos los cuales Dios usa directamente para
mejorar este mundo. Cuando tenemos la paz, justicia, felicidad, y libertad en
Dios, obtenemos la salvación aquí en la tierra. Esta salvación nos libera de la
cárcel de la guerra, violencia, injusticia, pobreza, y venganza la cual también
hace libre a nuestro espíritu para alcanzar la paz verdadera. Esto es la
salvación real que Dios quiere obtenerla para la humanidad; la salvación nunca
falta la presencia y colaboración de los seres humanos.
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