Friday, July 4, 2014

EL ODIO POLÍTICO




Como hombre ordinario, Jesús era una persona buena. Jesús hacía muchas cosas buenas para los pobres, enfermos, y pecadores. Hoy día Jesús se queda en la casa de Marta y Marí­a. Como un gran amigo, Jesús las acompaña en su dolor de perder a su hermano, Lázaro. Jesús también sufre de esta pena. Resulta que ha resucitado a Lázaro. Mucha gente viene a la casa y cree en Jesús porque Él es un buen hombre y un testigo de amor y amistad. ¿Por qué los judíos y fariseos odian a Jesús, un buen y justo hombre?
 
Una persona buena tiene mucha influencia a la multitud por su bondad y puede ganar la fuerza contra los malos. En verdad, la gente escucha a Jesús y lo sigue. Por eso, los judíos y fariseos tienen mucho miedo a Jesús por su poder de la justicia.  Piensan que Jesús va a quitarles su reino, su poder, y su beneficio social pronto un día.  Por esta razón, ellos quieren matar a Jesús para excluir un riesgo de eliminar un gobierno lleno de la corrupción e injusticia. 


Por la mañana del Domingo de Ramos, Jesús se va a Jerusalén como un Rey. Tal vez, la mayoría de la gente, especialmente los judíos piensen que este Rey va a cambiar el sistema político actual y se sienta en el trono de oro con las armas para gobernar todo el mundo. No saben que Jesús va a sufrir de su pasión y va a morir para salvar a los pecadores, siendo un rey de los pecadores. Esto es una gran equivocación de pensamiento que no solo mata el cuerpo físico de Jesús, sino insulta la nobleza de una persona con la voluntad buena y justa.

 



Vamos a pensar sobre los migrantes en Estados Unidos en la situación de Jesús ser comprendido mal por los judíos. Cuando yo ayudaba una parroquia en California, tenía las oportunidades para saber la situación de los migrantes incluso los mexicanos, ecuatorianos, y latinoamericanos de diferentes partes. Ellos trabajaban en varios tipos de trabajo físico: en los restaurantes como los camareros, en las calles como los cargadores, en las fincas como los granjeros... Ellos trabajan muy duro y ganan poco sueldo para sobrevivir, apoyar a su familia en su país propio, y más que eso para construir el país actual. Sin embargo, algunos tienen celo y los odian, diciendo que ellos vienen a Estados Unidos para quitarle el trabajo de la gente y tomar el beneficio social de los ciudadanos americanos. Al contrario, los migrantes trabajan duro para beneficiar el país y toman los trabajos fí­sicos que los ciudadanos no quieren tocar. Otros dicen que el país tiene el problema de seguridad con la presencia de los migrantes. Resulta que los deportan y los separan de sus familias. No saben que cada uno de los migrantes tiene un deseo sencillo que hay, la condición básica para promover su familia y que los hijos tienen la comida y pueden ir a la escuela como otros niños.  Los falsos pensamientos de los ciudadanos son una gran equivocación que no solo destruye la vida y la familia de los migrantes, sino elimina el sueño de un futuro lindo de sus niños en sus países propios. Estos pensamientos se llaman el problema de odio y miedo polí­tico que son contra el amor cristiano, el derecho hermano y la dignidad humana.




Jesús hacía los trabajos justos para mejorar la vida de la gente y el país. Los líderes políticos lo odian y quieren matar. Esto es la realidad de la sociedad de hoy día también cuando las personas buenas y justas sufren de la persecución de los malos que quieren mantener la corrupción e injusticia para sus propios beneficios. Nosotros, conmovido por el amor cristiano, tratamos de promover la justicia, la paz, y la tolerancia para cada sociedad que estamos viviendo a pesar de todo los malos busquen una manera para impedirnos. Papa Francisco dice: “¡El diablo existe también en el siglo 21!” Por eso, caminamos con Jesús por su pasión y muerte para ser testigos del amor, la Paz, y la justicia en el mundo con mucho celo, miedo, y odio. Esperemos que la verdad vaya a ganar en el fin de tiempo, donde las personas con la voluntad buena vayan a reunirse con su Rey del amor y la justicia en la felicidad eterna.